Paul Mattick
Espontaneidad y organización
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[La espontaneidad y la lucha por el socialismo]
Si no hay garantía de que el socialismo tenga necesariamente que desenvolverse
en el curso de un desarrollo social ulterior, tampoco hay razón alguna
para asumir que el mundo se acabará en un barbarismo totalitario. La
organización del status quo no puede prevenir su desintegración.
Como no hay ningún totalitarismo absoluto, las aperturas para atacar
permanecen adentro de su estructura. La importancia realmente social de sus
debilidades notables es todavía oscura. Algunos puntos de desintegración,
aunque teóricamente concebibles, no son todavía observables y
sólo pueden ser descritos en términos muy generales. Como la teoría
moderna de la lucha de clases requirió para su formulación no
sólo el desarrollo del sistema capitalista, sino también las luchas
proletarias reales dentro del sistema capitalista, probablemente primero es
necesario observar sus esfuerzos reales en la revuelta bajo el totalitarismo
para poder formular planes específicos de acción, apuntar a las
formas eficaces de resistencia, y encontrar y explotar las debilidades del sistema
totalitario.
La aparente desesperación e insignificancia características
de todos los comienzos no son ninguna razón para la desesperanza. Ni
el pesimismo ni el optimismo tocan el problema real de las acciones sociales.
Ambas actitudes no afectan decisivamente a las acciones y reacciones individuales,
determinadas como ellos lo están a través de fuerzas sociales
más allá de su control. La interdependencia de toda la actividad
social, mientras es un medio de control, también fija límites
a todas las actividades controladoras. El proceso de trabajo, en ambos sus aspectos
organizativos y tecnológicos, dependiendo de como funciona simultáneamente
en las fuerzas anónimas y las decisiones directas, posee suficiente independencia
relativa a través de su mutabilidad para hacer difíciles manipulaciones
centralistas. Los manipuladores totalitarios no pueden librarse de formas específicas
de la división del trabajo que a menudo delimitan los poderes de mando
centralistas. No pueden desafiar [defy] grados definidos de industrialización
sin poner en peligro su propia regla.
La resistencia será así ejercida en formas multiples, algunas
sin sentido, algunas que se derrotan a sí mismas, y otras eficaces. Mientras
pueden desatenderse algunas formas actuales de acción, pueden reavivarse
formas más viejas debido a ciertas similitudes exteriores en la estructura
totalitaria con regímenes autoritarios anteriores. Si la política
del sindicato ya no implica acción 'en el punto de producción'
sino las manipulaciones entre los cuerpos gubernamentales, pueden ser encontradas
nuevas maneras eficaces de sabotaje y lucha en la industria y en la producción
en general. Si los partidos políticos expresan la tendencia hacia el
totalitarismo, una variedad de formas organizativas es todavía concebible
para agrupar fuerzas anti-capitalistas para acciones convenidas. Si tales acciones
han de ser adaptadas a la realidad totalitaria como intentos de superar esa
realidad, la tensión debe ser puesta en la autodeterminación,
el acuerdo, la libertad y la solidaridad.
La búsqueda de las maneras y los medios para acabar con el capitalismo
totalitario, para inducir autodeterminación al hasta aquí impotente,
para acabar las luchas competitivas, la explotación y las guerras, para
desarrollar una racionalidad que no pone a los individuos contra la sociedad
pero reconoce su entidad real en la producción social y la distribución
y permite el progreso humano sin conflictos sociales, seguirá de modo
empírico, científico, dictado por la seriedad. Parece claro, no
obstante, que durante algún tiempo aún por llegar los resultados
de todos los tipos de resistencia y lucha serán descritos como sucesos
espontáneos, aunque no son nada más que las acciones planeadas
o las inactividades aceptadas de los hombres. La espontaneidad es una manera
de hablar que testifica nuestra incapacidad para tratar los fenómenos
sociales del capitalismo de una manera científica, empírica. Los
cambios sociales aparecen como explosiones culminantes de periodos de formación
de capital, desorganización, fricciones competitivas y agravios sociales
largo tiempo acumulados que finalmente encuentran su expresión organizativa.
Su espontaneidad demuestra simplemente la insocialidad de la organización
social del capitalismo. El contraste entre la organización y la espontaneidad
existirá mientras exista una sociedad de la clases y esfuerzos por acabar
con ella.
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